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En los últimos tiempos, la sociedad es cada día más consciente de los efectos negativos que provoca la actividad humana sobre el planeta, dando importancia a la reducción de estos impactos.

En el ámbito de la construcción, la producción de los materiales necesarios para una edificación convencional requiere una energía equivalente al 22% de la que se gastará a lo largo de la vida útil de dicho edificio. El empleo de madera en construcción contribuye notablemente a disminuir la cantidad de energía necesaria y supone un ahorro de 2 toneladas de CO₂ por m³ respecto a la utilización de otros materiales convencionales.

El Análisis del ciclo de vida es un procedimiento de valoración de las cargas energéticas y ambientales relativas a un proceso o una actividad, efectuado a través de la identificación de la energía, los materiales utilizados y los desechos vertidos.

Este análisis permite mejorar el comportamiento ambiental de un producto y es empleado en la definición de políticas públicas, marketing, planificación estratégica y desarrollo y declaraciones ambientales de productos.

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